Por : Juandemaro Querales
Para la pintora caroreña Chanita Colombo los homenajes y reconocimientos a su actividad
plástica, no cesan. Ahora la IBHAU con sede en Miami-Florida, la seleccionó para conferirle un
doctorado en Arte.
IBHAU son las siglas de la Philo-Bizantine University, institución creada por el Príncipe Eugenio
II, para mantener y divulgar la cultura Bizantina, desaparecida después que los Otomanos
venidos del Asia profunda, creando una brecha entre Oriente y Occidente al acogerse al
musulmanismo durante la segunda generación de los dominadores turco otomanos.
Chanita Colombo –es una artista- formada casi espontáneamente siempre en ascenso, pasó de
ser un ama de casa, madre andrógina de sus hijos, para refugiarse en el arte de las líneas y los
colores, donde se entrega de manera esquizofrénica durante gran parte del día.
Chanita Colombo es la pintora del Libertador Simón Bolívar, ella ha incursionado en una
miríada de temas que la han llevado, siempre en el figurativismo por la haggiografia en
este caso la religión civil: el culto a Bolívar, nuestra expresión folklórica más acabada: el
Tamunangue, la genealogía del héroe: padres, allegados y amantes como: Manuelita Sáenz y
Pepita Machado también las primas Aristiguieta. La izquierda trasnochada según el ideólogo
Nicolás Maduro, los músico caroreños y después será el turno para los Escritores del patio con
Chío Zubillaga a la cabeza.
Esta mujer excepcional dotada de un gran talento para el arte, posee adicionalmente una
curiosidad intelectual única, que le ha permitido amasar un capital cultural aceptable. Soy
testigo de su pasión por aprender en textos y manuales especializados de arte y pintura de
la artista, que hizo el viaje de lo Naif a lo académico, sin complejos, sin pararle mucho a las
criticas envidiosas de algunos aspirantes a críticos.
Sus reflexiones la han obligado a investigar en los temas que la subyugan en las diversas
estaciones, en que su arte ha ido evolucionando. Pongamos por caso su serie sobre el
Tamunangue, una sucesión de 12 oleos que recogen de manera coránica esta expresión
perfecta del arte y la danza en Latinoamérica. Sus siete suites del Baile de Negros llenan de
movimiento y colorido la retina de los abismados espectadores.
Los músicos de la ciudad o mejor del antiguo Cantón de Carora son historiados a través de las
cerdas y la paleta, un periodo de ciento cincuenta años, casi desde los albores de la República,
van ocupando el interés de la artista y dejar plasmado en madera de Samán: viejas bandas
que en polvorientas tardes en el quiosco afrancesado de la plaza Bolívar, entonan la vieja
canción de cuna “el gloria al bravo pueblo”, para regocijo de enamorados en aquellas noches
de terror gomecista. Hasta recalar en la Orquesta Juancho Querales dirigida por el maestro
Isaías Ávila. En 17 cuatros plasma su historia de la música como un Miguel Castillo Didier o un
José Balza o Vicente Emilio Sojo; y en el cuatro que falta para completar un numero par, mete
el conjunto de música gallega creada por el maestro Joaquín Pérez Zavarse , siempre con la voz
aterciopelada de Roseliano Herrera con la Orquesta Central.
Celebremos entonces la borla académica obtenida por nuestra admirada pintora: Chanita
Colombo, bienvenida al claustro de los Lascaris Comneno, ya habrá tiempo de citar a maestros
tutelares como Prieto Figueroa, Teodoro Lascaris Comneno o el gran artista ingenuo Barbarito
Rivas, Macario Colombo y al más grande artista visual de todos los tiempos Armando Reveron.
Agosto de 2014