Por: Juandemaro Querales
El cultivo de trigo en la cordillera colombiana tuvo un auge y una caída, en especial en el Departamento de Boyacá: del cultivo de este importante cereal solo quedan referencias como las que recrea Gilberto Ávila Monguì, en su tratado de antropología y etnolingüística: “La Jasa y la Parva”. Academia Boyacense de Historia. Tunja.2004
La Jasa y la Parva son las denominaciones de la siega, el amontonamiento y la trilla del trigo; actividad que ocupó al autor del texto en su infancia y juventud, en la región Cundiboyacense, específicamente Chivata , uno de los quince municipios que conforman la Provincia del Centro. Chivata una vez sometida a la corona española se transforma en una de las Encomiendas más ricas y poderosas del Nuevo Reino de Granada, en posesión de Pedro Bravo de Rivera, personaje que trasciende gracias a la literatura y a la historia, por mantener relación amorosa con Inés Manrique o Inés de Hinojosa, transgrediendo los rígidos cánones de la naciente sociedad colonial, a decir del historiador Pedro Gustavo Huertas Ramírez.
El libro de Ávila Monguì posee una estructura de palimpsesto que le permite fusionar múltiples relatos, integrando prosa y poesía, ayudado por el estilo de novela de caballería, narración por entregas, una primera parte lLa Jasa y al tiempo La Parva, para cerrar el panorama visual de una comarca, situada en un tiempo pre-industrial y pre-moderno, donde el Siervo y la Gleba componen el cerrado curso de un universo dislocado , sin relación de continuidad , es el grano dorado y están las poleas y los engranajes que hacen mover a aquel mundo simple y sencillo, rodeado de una pobreza secular del labriego.
Las dos narraciones La Jasa y La Parva contadas por dos voces a manera de testigo omnisciente : Horacio y Banda, quienes echan mano a la Picaresca española para extraer escenas bucólicas de aquellos remotas oquedades, significación fosilizada llevada en los talegos de arrieros, gañanes y personajes de nuestras guerras inciviles, como la Guerra de los Mil días, que enfrentó a los eternos rivales Liberales y Conservadores.
La tradición de maestro de Ávila MOnguì aparece en todo momento, por lo cual el texto hace un circunloquio de manera de incorporar voces antiguas o poco usadas en la Latinoamérica urbana. Letras de bambuco y tonadas dedicadas a San Isidro Labrador para que influya en las cosechas como los viejos dioses dionisiacos.
La Jasa y La Parva, no debe de dársele otro calificativo, simplemente es un texto entero, valido con un gran tratamiento del discurso literario. El género de las Tradiciones forma parte de la pre-historia de nuestra literatura. Los Ricardo Palma, los Arístides Rojas y los Tulio Febres Cordero, quedaron encerrados en una historia de la Literatura tradicional. El hombre latinoamericano es contemporáneo de todos los hombres del mundo, su desespero ante el caos, lo efímero de la vida y la inminente desaparición de la especie humana, estructuran un sujeto deltaico, cuya capacidad de construir redes de relatos le ha permitido abarcar mundos, cada vez más oceánicos.
La Jasa y La Parva, no es un relato arcaico de campesinos sepultados en la memoria; este texto se emparenta con lo mejor de nuestra literatura de la pre-modernidad, que aun campea en nuestras maltrecha sociedad y en el imaginario de todos nosotros. José María Arguedas, Juan Rulfo y Augusto Monterroso . Son las cumbres más altas donde anida la poderosa corriente que hizo posible este bello relato de nuestra rustiquez.
La Victoria. Venezuela
Septiembre de 2013