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23 septiembre 2013 1 23 /09 /septiembre /2013 23:17

Por: Juandemaro Queraleslibro.jpg

 

El cultivo de trigo en la cordillera colombiana tuvo un auge y una caída, en especial en el Departamento de Boyacá: del cultivo de este importante cereal  solo quedan referencias como las que recrea Gilberto Ávila Monguì, en su tratado  de antropología y etnolingüística: “La Jasa y la Parva”. Academia Boyacense de Historia. Tunja.2004

La Jasa y la Parva son las denominaciones de la siega, el amontonamiento y la trilla del trigo; actividad que ocupó al autor del texto en su infancia y juventud, en la región Cundiboyacense, específicamente Chivata , uno de los quince municipios que conforman la Provincia del Centro. Chivata una vez sometida a la corona española se transforma en una de las Encomiendas más ricas y poderosas del Nuevo Reino de Granada, en posesión de Pedro Bravo de Rivera, personaje que trasciende gracias a la literatura y a la historia, por mantener relación amorosa con Inés Manrique  o Inés de Hinojosa, transgrediendo los rígidos cánones de la naciente sociedad colonial, a decir del historiador Pedro Gustavo Huertas Ramírez.

El libro de Ávila Monguì posee una estructura de palimpsesto  que le permite fusionar múltiples relatos, integrando prosa y poesía, ayudado por el estilo de novela de caballería, narración por entregas, una primera parte lLa Jasa y al tiempo La Parva, para cerrar el panorama visual de una comarca, situada en un tiempo pre-industrial y pre-moderno, donde el Siervo y la Gleba componen el cerrado curso de un universo dislocado , sin relación de continuidad , es el grano dorado  y están las poleas y los engranajes que hacen mover a aquel mundo simple y sencillo, rodeado de una pobreza secular del labriego.

Las dos narraciones La Jasa y La Parva contadas por dos voces  a manera de testigo omnisciente : Horacio y Banda, quienes echan mano a la Picaresca española para extraer escenas bucólicas de aquellos remotas oquedades, significación fosilizada  llevada en los talegos de arrieros, gañanes y personajes de nuestras guerras inciviles, como la Guerra de los Mil días, que enfrentó a los eternos rivales Liberales y Conservadores.

La tradición de maestro de Ávila MOnguì  aparece en todo momento, por lo cual el texto hace un circunloquio  de manera de incorporar voces antiguas o poco usadas en la Latinoamérica urbana. Letras de bambuco y tonadas dedicadas a San Isidro Labrador para que influya en las cosechas como los viejos dioses dionisiacos.

La Jasa y La Parva, no debe de dársele otro calificativo, simplemente es un texto entero, valido con un gran tratamiento del discurso literario. El género de las Tradiciones forma parte de la pre-historia de nuestra literatura. Los Ricardo Palma, los Arístides Rojas y los Tulio Febres Cordero, quedaron encerrados  en una historia de la Literatura tradicional. El hombre latinoamericano es contemporáneo de todos los hombres del mundo, su desespero ante el caos, lo efímero de la vida y la inminente desaparición  de la especie humana, estructuran un  sujeto deltaico, cuya capacidad de construir redes de relatos  le ha permitido abarcar mundos, cada vez más oceánicos.

La Jasa y La Parva, no es un relato arcaico de campesinos sepultados en la memoria; este texto se emparenta con lo mejor de nuestra literatura de la pre-modernidad, que aun campea en nuestras maltrecha  sociedad  y en el imaginario de todos nosotros. José María Arguedas, Juan Rulfo y Augusto Monterroso . Son las cumbres más altas donde anida  la poderosa corriente que hizo posible este bello relato de nuestra rustiquez.

 

 

La Victoria. Venezuela

 

Septiembre de 2013

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