Por: Juandemaro Querales
Nicolás Maduro traspaso la raya amarilla, lindero que nunca traspaso el difunto Hugo Chávez;
con esa acción se descabezó la frágil oposición en un solo día. Al llevarse preso a Antonio
Ledezma,como un peligroso delincuente, para la Cárcel militar de Ramo Verde y observada por
millones de espectadores en todo el planeta, generó un peligroso precedente, que puede dar
al traste con el continuismo chavista.
Antonio Ledesma representa al último representante de la vieja política; ligado al Partido
Acción Democrática desde muy joven; este activista partidista, oriundo del Estado central de
Guárico, va a desarrollar una pasantía política de la mano de Carlos Andrés Pérez.
Desempeñándose como Diputado, Senador, Gobernador y Ministro. Hoy sobrevive entre
políticos bisoños, representando a un pequeño Partido: Alianza Bravo Pueblo. Como un ser
prehistórico resiste a cualquier accidente telúrico, que caracteriza a la hoy movida sociedad
venezolana.
La incapacidad de Maduro para sacar al país de la crisis, lo ha llevado a terminar con la
caricatura de democracia que hoy apenas subsiste. El nerviosismo que exuda el alto gobierno,
ante la cercanía de unas elecciones, que según todas las encuestas perderían
estruendosamente. Llevó al inseguro Presidente a demostrar a los radicales del PSUV, con su
accionar represivo, quien es el que tiene el poder, además demostrar que no se a
desmoronado; ante la posibilidad real de una renuncia obligada, para adelantar elecciones.
Como vía para salir de la crisis.
La detención del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma, ha encendido las alarmas de la
Comunidad Internacional, quien ha pedido tajantemente su libertad. Desde las Naciones
Unidas, pasando por los gobiernos de la región, quienes no se atrevían a abrir la boca, como
Juan Manuel Santos de Colombia; el cual condeno el hecho y se ofreció para mediar.
El Presidente Nicolás Maduro, creyendo que la historia es plana y estereotipada, ahuyenta a
una MUD,que luce contrariada y dividida, afín de que se retire y como en el 2004. Presentarse
solo, cogerse los 123 curules de la Asamblea Nacional y acto seguido imponer la Tiranía;
gobernar como lo ha hecho hasta ahora, pero descaradamente por Decretos y Ley Marcial.
Febrero de 2015
