Por: Juandemaro Querales
Conozco a Chanita Colombo desde mis años mozos, en mi casa solariega de Pueblo Aparte
a escasos metros en una fábrica de cuatros, vivía su madre la lutier Juanita Colombo, taller-
hogar de clara tradición medieval; en estos espacios del país bucólico se formó la destacada
artista caroreña.
Desde su primera época donde se ocupaba del Procerato latinoamericano, con Bolívar como
dios tutelar, esta incansable pintora fue desarrollando un estilo figurativo hagiográfico, que
la convierte en la primera representante en nuestro país del estilo que inmortalizo el pintor
Ecuatoriano Guayasamin. Pasando por el folklore y la tradición del Vals y el Bolero con ritmos
tropicales, su constelación de seres que salen de sus pinceles, para poblar el imaginario de una
sociedad que cada vez es más autentica.
Para honrar sus cincuenta años de vida artística, la IPHAU siglas de la Philo Bizantine University
de Florida, le conferirá el día 25 de agosto de los corrientes el Doctorado Honorario en Artes.
Como reconocimiento a esta original artista que hizo de la mezcla de lo rural y urbano, con el
visto bueno de la observación de la fauna y la flora del desierto venezolano, la materia prima
de su exquisita visión que asalta los sentidos de colores y formas incandescentes.
Cuadro de Chanita Colombo
Agosto de 2014