Por: Juandemaro Querales
Con la muerte de Gabriel García Márquez desaparece casi en su totalidad el llamado Boom
Latinoamericano, tan solo Mario Vargas Llosa vive y sigue tan campante como si sus años de
bohemia en Paris y en Barcelona no hubiesen transcurrido.
De Gabo se han escrito tratados y enjundiosas tesis académicas, que después serán pasto de
polillas y hongos. Nadie a excepción de Vargas Llosa ha escrito sobre las técnicas literarias
empleadas por el hijo más ilustre de Aracataca. “La Muerte de un Deicidio” libro escrito como
tesis para recibirse de doctor en letras por la Complutense de Madrid.
El autor de “Cien Años de Soledad” es el único autor de la generación fundadora de la nueva
narrativa Latinoamericana, que no indaga en el documento, el acervo de la literatura universal
o la abundante lectura. Para trabajar sus obras con informantes pertenecientes a su entorno
familiar, García Márquez atribuye a los relatos ingeniosos del Padre, la Madre, Tíos y Abuelos
sus narraciones más emblemáticas. Los abundantes relatos del Caribe colombiano pavimentan
el tejido principal del libro fundamental, es una saga que ha ganado un lugar en la literatura
universal, coinciden en sus páginas una vario pinta fauna integrada por ex presidiarios,
lunáticos, piratas, iluminados y misioneros, distintos credos y visiones políticas impactan de
manera errática a lo largo de aquel intercambio trasatlántico.
Gabo es el más faulkneriano de la literatura latinoamericana, con Rulfo y el mexicano Agustín
Yáñez; el antiguo periodista en la Barranquilla de los años 50, incorporando las enseñanzas
del autor sureño William Faulkner, autor de libros fundamentales en esa hora del continente
como: Absalón Absalón y El Sonido y la Furia, transición necesaria culpable del gran remesón
experimentado por una escritura provinciana y anacrónica.
Inscrito en el llamado arbitrariamente corriente del Realismo Mágico en especial sus sagas
de Macondo: mito espacio fundacional y una familia mosaica “los Buendía” . componen un
universo cerrada y enlazada en círculos como una compleja relojería, todo enmarcado en
una estructura de Novela de Caballería al mejor estilo de Cervantes el de los Entremeses y el
Quijote de la segunda salida : se trata del renombrado capitulo el Retablo de Maese Pedro.
Pudiésemos abundar en ejemplos de entre textos, palimpsestos o textos fundidos al estilo
de Tirante El Blanco, pero no vale la pena, basta saber que los grandes relatos universales
desde el Génesis hasta Las Mil y Una Noche , hasta las cartas maravillosas de Walter Raleigh ,
desfilan por los labios de personajes esquizofrénicos llevados s esos estados mentales por la
codicia, la avaricia y ese Caribe luminoso de Indias hermosas y negros africanos con cuerpos
de complexión atlética, que hacen la delicia lubrica a aquellos practicantes de evangelios que
prohíben el placer por la carne y el desorden de los sentidos.
Cuando García Márquez se arrima a las modas para no perder el favor de su público lector,
incursiona en la Novela sobre el poder, en la Novela histórica, la Novela de la cursilería y
lacrimosa de la radio novela. Todo esto para terminar guiándose por el Tao del amor en una
reminiscencia de un autor díscolo. Razones para explorar la psiquis de una puta de Puerto.
Cerrando el ciclo narrativo su libro de Memorias “Vivir para Contarlo” con esto cierra el ciclo
diverso de un escritor enamorado del poder y de quienes lo ejercen. Lastimosamente no
continuo con el segundo tomo de sus memorias y por lo tanto sus aprehensiones sobre el
futuro de Cuba y el llamado Socialismo del siglo XXI.
Mayo de 2015